Versículos bíblicos para cuando te sientes desanimado

La vida no siempre es fácil. A veces las cosas se tornan especialmente complicadas, dolorosas o desalentadoras.

Y a veces es difícil saber a dónde acudir, a quién recurrir o qué hacer cuando nos sentimos abrumados por el agotamiento, la soledad, la confusión, la frustración y la impotencia.

Sin embargo, ten en cuenta que has tomado una decisión inteligente y madura al buscar ayuda en la Biblia.

Dios se preocupa por ti y sabe con qué estás luchando (Hebreos 2:17-18). Él desea que encuentres sus mensajes de esperanza, fortaleza e inspiración que te ayudarán a avanzar con fe.

Así que exploremos pasajes específicos de las Escrituras que están destinados a sanar nuestros espíritus quebrantados. Encontraremos ánimo para:

Advertencia: Antes de adentrarnos en el contenido, queremos dejar claro que esta página no tiene la intención de diagnosticar o tratar la depresión, la ansiedad u otras condiciones graves. Si estás enfrentando circunstancias abrumadoras o crees que podrías padecer una enfermedad mental, por favor busca a un profesional con licencia para recibir tratamiento.

Comencemos con una causa común de desaliento: cuando lo que tenemos por delante parece difícil, poco claro o confuso.

Promesas para el futuro

No sabemos qué sucederá mañana, sin importar cuánto intentemos planificar. Pero sea lo que sea que el futuro nos depare, Dios ha prometido cuidarnos y nunca abandonarnos.

Sentir aprensión por el futuro es común porque tiene sentido. Es tanto desconocido como incognoscible. Y eso puede hacernos sentir fuera de control o indefensos si ya estamos en circunstancias inciertas.

Y solo para hacer las cosas más abrumadoras, mientras somos bombardeados con titulares de noticias preocupantes o dramáticos, es probable que también veamos contenido sobre “asegurar nuestro futuro” o “estar preparados” o “cuidado con las últimas estafas”, etc. Así que entre todo el caos, también hay mucha presión para hacerlo “bien”.

Afortunadamente, la Biblia nos brinda sabiduría para enfrentar situaciones como esta.

Jeremías 29:11

“Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” (NVI).

Este versículo proviene de una carta que el profeta Jeremías escribió a los exiliados judíos en Babilonia. Al principio, tenía malas noticias que comunicarles: Su exilio sería largo —exactamente 70 años. Pero tanto a pesar de esto como debido a esto, Jeremías también debía animarlos a construir hogares, formar familias y básicamente continuar con sus vidas, para multiplicarse y no disminuir en número (Jeremías 29:6).

Jeremías también les dijo que buscaran el bienestar de la ciudad a la que fueron exiliados, y que no escucharan a los falsos profetas.

En otras palabras, incluso estando en el exilio, Dios tenía planes para su bienestar individual y comunitario. Así que Jeremías los animó a sacar lo mejor de una situación difícil creando una comunidad de apoyo, reflejando su bondad y confiando en que Dios ya lo tiene todo resuelto.

Entonces, si su pueblo mantenía sus ojos en Él, Dios prometió que los restauraría a la tierra y las vidas que tenían antes.

“Entonces ustedes me invocarán, vendrán a suplicarme y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón. Me dejaré encontrar —afirma el Señor—, y los haré volver del cautiverio. Yo los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde los haya dispersado y los haré volver al lugar del cual los deporté», afirma el Señor.” (Jeremías 29:12-14, NVI).

A veces terminamos en situaciones difíciles donde parece que estamos en algún tipo de exilio, lejos de lo que conocemos y lo que queremos para nosotros mismos.

Pero Dios ya ha trazado todos los planes. Mientras esperamos en Él, podemos descansar en sus promesas y en su plan, incluso si aún no sabemos cuál es. Así podemos enfocarnos en construir y nutrir la comunidad que nos rodea como una expresión de agradecimiento a Dios.

Isaías 41:10

“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con la diestra de mi justicia.” (NVI).

Cuando nos sentimos solos en nuestro exilio, Dios nos recuerda que Él está con nosotros y en última instancia se encargará de todo. Cualquier fuerza que necesitemos, Él está dispuesto a dárnosla.

Isaías 41 trata sobre un conflicto que se avecinaba y que tenía preocupados a los israelitas. Los versículos 5-7 describen a la gente apresurándose a prepararse para la guerra. Pero Dios les asegura que Él los fortalecerá para la dificultad y que sus enemigos no prevalecerán sobre ellos.

No tuvieron que apresurarse como todos los demás. De hecho, Dios incluso se burla de las naciones opositoras y sus dioses, llamándolos “viento y confusión” (versículo 29, NVI).

Cuando el caos o las interrupciones golpean de la nada, a veces casi parece que debemos entrar en pánico y prepararnos para lo peor. Eso es a menudo lo que vemos que hacen otras personas. La mayoría de los ejemplos del mundo promueven el buscar en nosotros mismos la manera de salir de cualquier lucha en la que estemos, por lo que es fácil perder de vista las promesas de Dios en la Biblia.

Pero Dios quiere que confiemos en Él cuando no podemos confiar en nadie ni en nada más. Es su deseo ayudarnos, fortalecernos y guiarnos en la dirección correcta. Él nos ha elegido, por lo que no nos dejará ir.

La manera en la que nos ayuda a cada uno de nosotros se verá diferente. Pero cualquier cosa que decida hacer, podemos orar para pedir confianza en su capacidad para manejar la situación por completo.

Juan 16:33

“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33, NVI).

Cuando tenemos confianza en Cristo y en sus planes, nos abrimos a un nuevo tipo de paz.

En Juan 16, Jesús acababa de terminar de contarles a sus discípulos lo que estaba a punto de suceder. Pero a pesar de que los estaba dejando, tendrían al Espíritu Santo para mantenerse en contacto con Él y seguir creciendo en su fe.

Jesús dejó claro que la vida sería difícil en ocasiones, sentirían rechazo y sufrirían persecución. Sin embargo, a pesar de las dificultades, Él ofrece un tipo de paz que va más allá de la comprensión (Juan 14:27) y gozo que no puede ser arrebatado (Juan 16:22).

Cuando Jesús dijo que había vencido al mundo, venció el poder del pecado, la muerte e incluso al diablo (Hebreos 2:14; 1 Juan 3:8).

Él no escapó de las dificultades. De hecho, ¡durante el tiempo que Jesús estuvo entre nosotros, experimentó lo peor que este mundo tenía para ofrecer!

Puede parecer contradictorio esperar una vida con dificultades y una paz impensable. Pero debido a que Jesús soportó sin fallar su misión, es capaz de ayudarnos a superar cualquier cosa que intente alejarnos de Él. Él puede empatizar con nosotros como nadie más puede hacerlo (Hebreos 4:15).

Es fácil resbalar cuando estamos bajo presión. Pero Dios es capaz de ayudarnos a enfrentar nuestro dolor victoriosamente, no como víctimas. Él envió al Espíritu Santo para ayudarnos y para interceder en nuestro favor (Romanos 8:26).

Otros versículos para estudiar: Mateo 6:24-34; Apocalipsis 21:4-5

Ánimo para situaciones difíciles y luchas continuas

A veces parece que las situaciones difíciles se prolongan sin cesar. Puede resultar desalentador que, sin importar lo que hagamos, por más que oremos o intentemos cambiar, nada parezca suceder.

Pero la Biblia nos recuerda que Dios es paciente (2 Pedro 3:8), que su tiempo es perfecto (Eclesiastés 3:11) y que tiene su mirada puesta en todo (Efesios 4:6), incluso en aquellas cosas que parecen no cambiar.

En este tipo de situaciones complicadas, podemos encontrar ánimo en los siguientes versículos.

Salmo 34:17-19

“Los justos claman, el Señor los oye y los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas” (Salmo 34:17-19, NVI).

Con frecuencia, nuestros desafíos pueden sentirse como si no tuviesen fin, o como que seguirán ocurriendo infinitamente. Pero Dios promete estar a nuestro lado, listo para consolarnos en nuestro desánimo.

El Salmo 34 habla sobre el cuidado de Dios por su pueblo, escuchando sus clamores, comprendiendo su desesperación, y prometiendo sacarlos de la aflicción que están enfrentando.

Comienza con lo que parece ser una respuesta a la oración (versículos 1-7) y luego habla sobre el cuidado de Dios por aquellos que lidian con “problemas” y “aflicciones” y cómo Él es capaz de salvar a aquellos que confían en Él (versículos 8-22).1

Este salmo se atribuye a cuando David fingió estar loco para escapar de Abimelec (también llamado Aquís en 1 Samuel 21:10-15). Lo que David no se dio cuenta en ese momento fue que no tenía que fingir ser algo que no era para escapar de los problemas. En cambio, Dios nos invita a confiar en Él para nuestra liberación cuando llegue el momento adecuado (1 Corintios 10:13).

Pero, ¿qué sucede si todo se tarda más de lo que quisiéramos? ¿Qué pasa si la aflicción no desaparece pronto? ¿Y si todavía estamos sufriendo?

Filipenses 4:13

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13, NVI).

Ya sea que las cosas vayan bien o mal, podemos confiar en Dios para fortalecernos ante cualquier situación que enfrentemos. Aunque no lo sintamos, Él está con nosotros, dándonos lo que necesitamos.

Pablo aprendió a estar contento tanto en situaciones difíciles como fáciles porque aprendió a atravesarlas con Dios en lugar de hacerlo solo.

Aprendió a reconocer la provisión de Dios ya sea en abundancia o necesidad, en fortaleza o debilidad, en certeza o incertidumbre. Y aseguró a aquellos a quienes visitaba que Dios haría lo mismo por ellos.

“Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19).

La fuerza de Jesús es lo que nos lleva a donde necesitamos estar, no nuestra propia fuerza. Y Él permanece con nosotros sin importar lo que esté sucediendo en nuestras vidas.

Los tiempos de necesidad prolongada o estancamiento pueden tentarnos a volvemos amargados y ansiosos. Por otro lado, la facilidad y la prosperidad pueden tentarnos a volvemos indiferentes, o incluso orgullosos. De cualquier manera, hay un riesgo de depender de nosotros mismos u otros en lugar de Dios para satisfacer nuestras necesidades. Y al hacerlo, solo podemos aumentar nuestro estrés o decepción cuando no pueden o no quieren cumplir con nosotros.

Podemos aprender de Pablo que no importa lo que esté sucediendo a nuestro alrededor, o incluso cuando estamos cansados de que no suceda nada en absoluto, podemos estar contentos sabiendo que Dios ve el panorama general de maneras que nosotros no podemos, y Él nos da la fuerza para soportar la temporada en la que nos encontramos.

2 Corintios 12:9-10

“Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.” (2 Corintios 12:9-10, NVI).

¿Fortaleza en la debilidad? ¿Placer en las dificultades? Todo suena al revés. Pero cuando Dios es el centro de nuestras vidas, Él se convierte en nuestra brújula y nos señala la dirección correcta.

Aun así, ninguno de nosotros disfruta la idea de tener una debilidad constante. Pero Dios puede usar nuestras debilidades para que su fortaleza se manifieste de maneras que no siempre esperamos.

En su segunda carta a la iglesia en Corinto, Pablo mencionó que estaba lidiando con “una espina en el cuerpo” (v. 7, NVI). Le rogó a Dios que la quitara, pero en lugar de eliminarla, Dios le dijo a Pablo que su fortaleza compensaría la debilidad.

Nunca se nos dice exactamente cuál era la “espina” en el caso de Pablo. Puede haber implicado cosas muy personales para él. Pero de alguna manera, eso facilita aplicar este pasaje a cualquier lucha física, mental o espiritual.

Cuando estamos en las trincheras de una batalla que parece interminable, podemos pedir a Dios que nos ayude a enfocarnos más en Él, ya que ahí es de donde proviene nuestra fuerza. Y entonces, como Pablo, podremos sonreír ante las dificultades porque sabremos que Dios tiene otros planes.

Viene un día en el que el dolor, la muerte y el pesar serán eliminados para siempre (Apocalipsis 21:4). Hasta entonces, Dios promete que su fuerza compensará cualquier debilidad que tengamos.

Otros versículos para estudiar: Salmo 30:4-5; Salmo 126:5; Mateo 5:4; 2 Corintios 4:8-9, 16-18.

Cuando te sientas ansioso o abrumado

La vida, y todo lo que conlleva, puede resultar abrumador.

Aquí tienes algo de sabiduría e inspiración bíblica que puede llegar a nuestros corazones incluso cuando nuestras cargas parecen demasiado pesadas.

Josué 1:9

“Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas” (Josué 1:9, NVI).

Estas palabras llegaron a Josué directamente de parte de Dios. Moisés acababa de fallecer, y ahora Josué se enfrentaba a la enorme tarea de liderar toda una nación, una que ya había demostrado ser difícil de gobernar, hacia la tierra prometida. Podemos imaginar que Josué estaba nervioso porque Dios le dice que sea valiente tres veces (Josué 1:1-9).

Enfrentar un nuevo capítulo en nuestras vidas puede ser intenso, y no siempre nos sentimos preparados para ello. A veces nos sentimos completamente desprevenidos ante cualquier nueva responsabilidad que se nos presente.

¿Alguna vez te han ascendido pero has dudado de ti mismo? ¿O has luchado con dudas y miedos al convertirte en padre? ¿Alguna vez has cuestionado la sabiduría de Dios cuando sentiste que Él te estaba guiando hacia algo nuevo? Si es así, estás en buena compañía.

Dios le prometió a Josué que todo estaría bien porque Él sería quien estaría realmente a cargo. Dios había guiado a Josué hasta este punto, por lo que se aseguraría de que tuviera éxito.

Podemos recordar las palabras de Dios a Josué cuando nos enfrentamos a desafíos que no esperamos o para los que no nos sentimos preparados.

Salmo 27:14

“Pon tu esperanza en el Señor; cobra ánimo y ármate de valor, ¡pon tu esperanza en el Señor!” (Salmo 27:14, NVI)

El Salmo 27 es un salmo sorprendentemente alegre considerando las circunstancias. Aunque la Biblia no dice cuándo lo escribió David, su contenido sugiere que fue mientras estaba siendo perseguido por sus enemigos, probablemente no pudo acceder a un lugar de adoración, fue separado de sus padres y soportó palabras crueles.2 También es claro que enfrentó el dolor y la aflicción física.

David admite que habría sido abrumado si no hubiera confiado en que vería la bondad de Dios. Con eso en mente, termina el salmo diciéndonos que tomemos valor y esperemos en Dios (versículos 13-14).

Pero la “espera” que David menciona aquí no es pasiva. El Salmo 27 muestra que David buscaba al Señor a través de la oración y la adoración. Él clamaba por sabiduría y dirección.

Al escribir este salmo, David también se recordaba a sí mismo el carácter de Dios, su fidelidad y su poder para salvar.

Al igual que David, podemos esperar activamente en Dios orando y suplicando por su fuerza para ayudarnos a salir adelante. Cuando oramos, podemos recibir la paz que viene con la promesa de la fidelidad de Dios para fortalecer nuestros corazones.

Juan 14:27

“La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.” (Juan 14:27, NVI).

Justo antes de su crucifixión, Jesús les dijo a sus discípulos que les daría el Espíritu Santo para enseñarles lo que necesitarían saber y recordarles todo lo que Él había dicho.

A pesar de que estaría físicamente separado de sus discípulos, Cristo dijo que les dejaba el regalo de la paz. Sería diferente a cualquier cosa que el mundo pudiera ofrecer. De hecho, Pablo llama a esto la “paz que sobrepasa todo entendimiento” (Filipenses 4:7). Es una especie de tranquilidad que no tiene sentido porque a menudo se experimenta en medio del peligro y la dificultad. Esto se debe a que proviene de Dios, independientemente de nuestras circunstancias.

Los discípulos experimentarían la pérdida de la presencia física de Jesús. Soportarían ser rechazados y castigados por amar a Jesús y compartir su fe en Él. Se encontrarían con engañadores y enseñanzas falsas diseñadas para confundir a las personas y alejarlas de Dios. Y experimentarían las fuertes emociones que vienen con todo esto.
.
Jesús quería que supieran que podían tener fuerza, devoción e incluso gozo y descanso en medio de estas dificultades. La paz que les dio a través de su Espíritu Santo los fortalecería y les aseguraría su presencia.

Y Él otorga este mismo regalo a todos nosotros que estemos dispuestos a aceptarlo.

Otros versículos para estudiar: Deuteronomio 31:6; Salmo 34:4; Salmo 56:3-4; 1 Pedro 5:6-10

Cuando te sientas estancado o derrotado

A woman sitting at a desk with her hands on her head, illustrating the signs of frustration and burnout.

Photo by Mizuno K

Incluso con Jesús, la vida no da tregua. A veces, todas las luchas y decepciones hacen que parezca que nada va a resolverse nunca.

En momentos como estos, es útil recordar que Dios sabe lo que está pasando. Él ve el panorama completo. Así que sea lo que sea que nos esté sucediendo, podemos estar seguros de que Dios es más poderoso y nada puede detenerlo para llevar a cabo sus planes para nosotros.

Más fácil decirlo que hacerlo cuando estás en medio de una crisis, pero estos versículos siguientes pueden ayudar.

Filipenses 1:6

“Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.” (Filipenses 1:6, NVI).

La Biblia llama a Jesús el “autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2, NVI). Él es como un escritor que conoce nuestro viaje de fe e intenta terminar la historia. No hay forma de que Él se dé por vencido con ninguno de nosotros.

El apóstol Pablo recuerda cuando los cristianos de Filipos aceptaron por primera vez el Evangelio y dijo que confiaba en que terminarían tan bien como comenzaron. Podríamos decir que esta confianza proviene del hecho de que Dios obra en su pueblo para que sus deseos y acciones se alineen con los suyos (Filipenses 2:12-13).

A veces puede sentirse como si siempre estuviéramos quedándonos cortos o fallando. O puede parecer que no estamos progresando en absoluto. Pero podemos confiar en la promesa de Dios de terminar lo que comenzó.

2 Corintios 5:17

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17, NVI).

En vista del “ministerio de reconciliación”, Pablo explica que Jesús nos da una nueva identidad y un nuevo comienzo cuando nos reconciliamos con Él.

La reconciliación significa restaurar una relación después de una ruptura.3 Nuestra ruptura ocurrió en Edén. Por lo tanto, ser reconciliados significa que nuestras faltas e imperfecciones no tienen que interponerse entre nosotros y Dios (versículo 19). En cambio, somos liberados de nuestra antigua vida que no nos llevaría a ninguna parte, y ahora tenemos una vida que involucra a Dios, por lo que sabemos que, pase lo que pase, seremos salvos, y la vida que vivimos ahora incluye la dirección del Espíritu Santo. Todo esto es porque Jesucristo se hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en Él (versículos 20-21).

Esto significa que Jesús puede transformarnos. Él puede tomar quiénes somos y limpiarnos, refinarnos y formar un carácter que esté en armonía con el suyo y su ley de amor.

Cuando nos damos cuenta de que la salvación de Cristo nos hace una persona nueva y mejorada, puede ser más fácil cambiar nuestros viejos hábitos y preocupaciones para tomar una nueva dirección en la vida. ¡Nuestras dificultades pasadas no tienen por qué definirnos!

1 Juan 2:1

“Mis queridos hijos, escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo.” (1 Juan 2:1, NVI).

Cuando cometemos errores o tomamos malas decisiones, Él no nos deja ahogarnos en la desesperación. 1 Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.” (NVI). Si somos sinceros con Dios y acudimos a Él, no sólo nos perdona, sino que también hace posible experimentar un cambio genuino y duradero en el corazón.

Jesús se interpone entre nosotros y las acusaciones del diablo, como lo hizo al interceder por la mujer sorprendida en adulterio y los líderes religiosos que la condenaban. Y al igual que la animó a ella, nos asegura su perdón y nos anima a retomar nuestra vida desde donde la dejamos (Juan 8:1-11).

Otros versículos para estudiar: Salmos 37:23-24; Proverbios 24:16; Miqueas 7:8-9; Juan 8:36; Romanos 8:1-4; Gálatas 5:1; Filipenses 3:13-14

Cuando nos sentimos agotados

Nota: Si estás experimentando síntomas físicos y mentales de agotamiento que están interfiriendo con tu capacidad para funcionar en el trabajo y en casa, te animamos a comunicarte con alguien en quien confíes, o a buscar a un profesional con licencia si tu salud física y mental se ven afectadas.

La perseverancia y la resistencia son cualidades que Dios desea que desarrollemos. Pero “resistencia” no significa continuar dañando nuestra salud por el bien de una meta.

Hay momentos en los que Dios nos lleva a superar nuestros límites, y Él nos da la fuerza para hacerlo.

Pero también hay momentos en los que nuestros cuerpos y mentes no pueden soportar más y Dios está ahí para nosotros, incluso cuando sentimos que no podemos seguir adelante.

El agotamiento y la fatiga pueden tener causas externas e internas y pueden causar estragos en la mente y el cuerpo. Además, a veces la fatiga mental es más difícil de reconocer que la fatiga física, y podríamos seguir empujándonos a límites peligrosos porque los riesgos de hacerlo no son tan evidentes.

La Biblia es un recurso al que podemos recurrir cuando nos quedamos sin fuerzas y necesitamos ánimo para seguir adelante.

Mateo 11:28-30

“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados; yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana” (Mateo 11:28-30, NVI).

Esta es una invitación a encontrar descanso espiritual a través de una relación con Jesús. Jesús les dijo a sus oyentes que nadie puede conocer personalmente al Padre excepto Él mismo y aquellos a quienes Él se revela (versículo 27; Juan 14:6-9).

Por eso muchas cosas estaban ocultas para aquellos que se consideraban más justos que otros.

Luego invita a sus oyentes a acercarse a Él y encontrar satisfacción trabajando junto a Él.

Para la gente de los tiempos de Jesús, la religión “se había degenerado a un ciclo sin sentido de ‘trabajo’ en un intento de encontrar salvación por obras”.4

El trabajar en vano todavía sucede hoy en día. El mundo nos bombardea con mensajes sobre cómo vivir y todo lo que necesitamos hacer para alcanzar sus estándares imposiblemente altos. Como resultado, nos agotamos y a veces tomamos decisiones que luego lamentamos.

Un “yugo” era un tipo de arnés que unía a dos bueyes para llevar cargas pesadas5 y representa una relación de entrenamiento, o discipulado. Cuando nos convertimos en seguidores de Cristo, aprendemos cómo vivir y actuar como Él. Nuestros caracteres cambian para ser un reflejo único del suyo a medida que lo conocemos a través de su Palabra, sirviendo a otros y viviendo nuestra fe.

En lugar de arrojarnos una carga y dejarnos solos con ella, Jesús no solo nos ayuda a llevarla, sino que también lleva el peso más grande.

Mateo 11 trata sobre la revelación de quién es Dios a través de Cristo. Jesús reafirma su identidad mesiánica como sanador. Él elogia a Juan el Bautista, confirmando su papel como mensajero enviado para preparar al pueblo de Dios para la revelación del Mesías. Luego condena a algunas ciudades por su rechazo a pesar de recibir revelaciones, y agradece a Dios Padre que aquellos que han aceptado las revelaciones no sean los orgullosos líderes religiosos, sino aquellos con una fe sencilla e infantil.

Si te has sentido agotado y abrumado, a veces volver a enfocarte puede ayudar. El sobre pensar es tan tentador, y a menudo nos hace sentir peor. Pero cambiar hacia una fe sencilla, enfocándonos en avanzar en lugar de analizar dónde hemos estado, a veces puede marcar toda la diferencia en el mundo.

Gálatas 6:9

“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.” (Gálatas 6:9, NVI).

Cuando estamos agotados, a menudo lo último que queremos escuchar es: “¡No te rindas!” o “¡Sigue adelante!”. Y aunque parece que eso es exactamente lo que este verso está diciendo (porque lo es), también está diciendo que hay un momento óptimo para que “cosechemos” lo que hemos “sembrado”. Dios hará las cosas bien, y ya hemos leído lo suficiente sobre cómo promete darnos la fuerza que necesitamos.

En el último capítulo de Gálatas, Pablo les dice a los creyentes que compartan las cargas unos de otros y que examinen sus propias obras. Se suponía que debían animarse mutuamente a hacer lo correcto, apoyarse mutuamente y buscar oportunidades para servir y elevar a otros (versículos 1-10).

“Hacer el bien” puede significar muchas cosas, desde ir al extranjero como misionero hasta simplemente ser amable y cortés con el empleado gruñón en el supermercado.

Y si estamos cansados de seguir los principios de Dios, entonces es un buen momento para retroceder, pasar tiempo con Dios y descubrir por qué.

Pero incluso cuando estamos en medio de una situación agotadora, podemos recordar que si Dios nos pide que no nos rindamos, eso también significa que Él nos dará la determinación que necesitamos para seguir adelante.

Isaías 40:31

“pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán el vuelo como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.” (Isaías 40:31, NVI).

La fe en Cristo y la entrega a su voluntad pueden desbloquear facetas de nosotros mismos que no sabíamos que existían, y no estarían allí si no fuera por Él.

Isaías 40 plantea una serie de preguntas y declaraciones. Hacia el final, el escritor dice que Dios nunca se cansa y Él fortalece a los débiles y desvalidos. Aquellos que esperan en Dios, o que ponen su confianza en Él, encontrarán fuerzas para avanzar con lo que sea que estén enfrentando.

La fe es la llave que desbloquea todo lo que Dios tiene para ofrecer.

Ninguno de estos versículos está destinado a alentarnos a agotarnos. Más bien, están destinados a recordarnos que Dios puede proveer la fuerza y resistencia que necesitamos para lo que Él nos ha llamado a hacer.

Otros versículos para estudiar: Salmo 130:5-6

Cuando nos sentimos solos o rechazados

A young woman holds herself while two guys laugh at her, showing how painful rejection can sometimes be.

Photo by Keira Burton

La soledad y el rechazo son un sabor extra amargo de tristeza, especialmente si nos hemos expuesto y nos hemos vuelto vulnerables, y puede hacer que sea difícil querer hacerlo de nuevo.

Una vez más, podemos recordar que Jesús mismo se sintió solo y rechazado durante su vida humana, hasta el punto en que le preguntó a Dios Padre: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mateo 27:46, NVI).

Estos sentimientos no deben tomarse a la ligera, y asociarse con Jesús puede llevar a la victoria sobre ellos.

Romanos 8:38-39

“Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.” (Romanos 8:38-39, NVI).

Pablo está diciendo aquí que “ningún poder en el cielo o en la tierra, en el tiempo o en la eternidad, puede separarnos del amor divino… nada puede sacarnos de los brazos de Cristo en contra de nuestra voluntad”.6

Romanos 8 comienza con la garantía de que aquellos que pertenecen a Jesús no están bajo condenación. Son libres de vivir una nueva vida, sabiendo que pertenecen a Él, no al mundo. Son libres de escuchar al Espíritu Santo en lugar de todo el ruido de la vida que tira en tantas direcciones diferentes. Y pueden enfrentar desafíos porque Dios está con ellos como su mediador y redime sus experiencias, incluyendo las partes malas, para que reflejen más y más a Jesús.

Vivimos en un mundo donde el amor humano es tan inconsistente como el clima. Pero nadie es demasiado imperfecto para el amor transformador de Dios.

Su amor trasciende cualquier condición que a menudo afecta al amor humano. No puede ser borrado ni cortado. Nada en la existencia podría hacer que Él dejara de amar a cualquiera de nosotros, y nada puede desgastar su afecto.

Hebreos 13:5-6

“Manténganse libres del amor al dinero y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca los dejaré; jamás los abandonaré». Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda, no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?» (Hebreos 13:5-6, NVI, énfasis agregado).

Cuanto más conocemos a Dios, más vemos el resto de nuestro mundo corrupto por lo que realmente es. Pero también nos volvemos más sensibles a las cosas buenas que a menudo quedan opacadas. Así que la promesa de que Dios siempre está con nosotros y activamente siendo nuestro “ayudador” puede llevarnos a un nivel de contentamiento que nada más puede brindar.

El sacrificio y el servicio son dos pilares del discipulado. En los versículos circundantes de Hebreos 13, Pablo enumera diferentes maneras de difundir el amor de Dios, como ser hospitalarios, empáticos y recibir a otros como parte de la misma familia.

La satisfacción sigue a este cambio de perspectiva, y Dios, nuestro ayudador, nos guiará hacia ella. Estos versículos nos animan a no desanimarnos por lo que no tenemos, ni ceder a los miedos que provienen de otras personas. En cambio, debido a que Dios se niega a abandonarnos, podemos navegar por esta vida con paz y valentía.

Debido a la naturaleza humana, las personas nos decepcionarán. Por lo tanto, es fácil llevar nuestras vidas resentidos hacia otros por lo que tienen o lo que han hecho. Dios puede liberarnos de esto y llevarnos a cultivar relaciones saludables, con Él y con los demás.

Efesios 1:3-5

“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo. Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que vivamos en santidad y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad,” (Efesios 1:3-5, NVI, énfasis añadido).

Imagina ser deseado incluso antes de que existieras.

Cada uno de nosotros, sin excepción, es una creación totalmente intencional de Dios (Salmo 139:16).

Pablo saluda a los cristianos de Éfeso declarando que Dios los escogió mucho antes de la creación del mundo y que sus planes para ellos implicaban ser parte de su familia. Luego continúa con otras bendiciones espirituales que los cristianos han recibido: aceptación, redención, perdón, un destino, seguridad, una herencia, etc. (versículos 5-13).

Cuando declaramos a Jesús como Señor, también nos identificamos como hijos de Dios. Encontramos una fuente sólida de aliento en nuestra identidad en Cristo.

Otros versículos para estudiar: Salmo 27:10; Salmos 68:5-6; Salmos 139:1-5; Isaías 49:15-16; Isaías 54:4-6

Cuando experimentamos desánimo espiritual con respecto a la salvación

Dudar de nuestra salvación puede ser una de las experiencias más desesperantes. Puede sentirse sofocante, a menudo acompañada de autorechazo y vergüenza. A veces hay un temor persistente de que poder “lograrlo”, y este pensamiento puede calar en lo profundo de tu mente.

Pero Dios quiere que vivamos en la paz que produce la seguridad y que estemos libres de esta carga mental. Nuestra libertad radica en el sacrificio de Jesús, todo lo que tenemos que hacer es aceptar el regalo.

Los siguientes versículos son un gran recordatorio del sacrificio de Jesús por nosotros.

Juan 3:16-17

“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.” (Juan 3:16-17, NVI).

Un respetado fariseo llamado Nicodemo vino a Jesús de noche para hablar con Él. Como tantos otros, había esperado la venida del Mesías para traer el reino de Dios.

Jesús fue directo al centro del asunto: el reino de Dios requería una experiencia llamada “nacer de nuevo”.

Nacer de nuevo es un nuevo comienzo definitivo. Dios obra en nuestros corazones para que deseemos hacer su voluntad y vivir de acuerdo con ella, haciendo la experiencia diferente de nuestras vidas anteriores (Filipenses 2:12-13). Es como el proceso de metamorfosis cuando una oruga se transforma en una mariposa.

Nacer de nuevo significa confiar nuestra salvación en un Dios que estuvo dispuesto a renunciar a todo para darnos vida eterna. Porque Dios ama a este mundo a pesar de sus horrores y quebrantos. Él nos ama.

Cualquiera que anhele este tipo de amor no tiene que preocuparse por ser aceptado. Dios recibe con entusiasmo a todos los que vienen a Él (Juan 6:37; Hebreos 7:25).

No tendría sentido que Jesús pagara un precio tan alto por nuestra salvación si fuera a hacer difícil para nosotros el recibirla. Su mayor deseo es salvarnos.

Romanos 5:9-10

“Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios! Porque, si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida!” (Romanos 5:9-10, NVI).

Romanos 5 nos dice lo que la gracia de Dios ha logrado por nosotros.

En los versículos anteriores, Pablo les recuerda a sus lectores que tienen acceso a la gracia de Dios porque han sido salvos por la fe. También dice que pueden experimentar alegría y esperanza incluso cuando sufren, un tipo de esperanza que no decepciona debido al amor de Dios (versículos 1-5).

Pablo explica cómo la expresión máxima del amor de Dios se demostró cuando Cristo murió voluntaria y dolorosamente incluso por aquellos que se oponían vehementemente a Él (versículos 6-8).

Su sacrificio aseguró nuestra reconexión con Dios, y ahora su obra como nuestro Mediador mantiene viva esa conexión.”

Nada de lo que hagas puede hacer que Dios te ame más o menos. Él ya nos ha demostrado su amor al dar su vida por nosotros. Y si su amor es lo suficientemente fuerte para salvarnos, ¡entonces definitivamente es lo suficientemente fuerte para mantenernos salvos!

Otros versículos para estudiar: Salmo 34:22; Juan 10:27-29; Hebreos 7:25; 1 Juan 3:19-21; 4:17-18; Judas 24-25

Efesios 2:8-10

“Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios y no por obras, para que nadie se jacte. Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” (Efesios 2:8-10, NVI).

Las buenas obras que se supone que debemos hacer están destinadas a ser el resultado de la gracia de Dios obrando en nuestros corazones. Son una expresión de lo que creemos y nuestro amor por Aquel en quien creemos: Jesús.

Elena G. de White, co-fundadora de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, reflexiona sobre esto:

“Si nuestra salvación dependiera de nuestros propios esfuerzos, no podríamos ser salvos; pero ella depende de Uno que endosa todas las promesas. Nuestro asimiento de él puede parecer débil, pero su amor es como el de un hermano mayor; mientras mantengamos nuestra unión con él, nadie podrá arrancarnos de su mano.”7

Gracias a Dios que no tenemos que lograr nuestra propia salvación. Fracasaríamos en cada intento. Jesús tomó esa carga sobre sí mismo y compró nuestra salvación con su propia vida, y así, nuestras vidas pueden ser una expresión de gratitud.

Consejos para cuando nos sentimos deprimidos

Además de estudiar las promesas de Dios en su Palabra, también podemos aplicarlas.

Tal vez hayas escuchado frases como “Entrega tus cargas a Dios” o “Aférrate a Jesús”.

Incluso la Biblia dice “Entrégale tus afanes al Señor” (Salmo 55:22, NVI).

Pero, ¿qué significa realmente eso? ¿Cómo lo hacemos cuando estamos lidiando con problemas intangibles?

Veamos algunas cosas simples que podemos intentar para comenzar.

Enfócate primero en Dios

“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas estas cosas les serán añadidas.” (Mateo 6:33, NVI).

Las cosas en las que nos enfocamos pueden determinar la calidad de nuestras vidas (Proverbios 11:27). Este versículo en Mateo no dice enfocarse solo en Dios e ignorar todo y a todos los demás. Dice que debemos enfocarnos en Dios primero. Al hacer esto, todo lo demás encajará eventualmente en su lugar.

Cuando ponemos nuestro enfoque en Dios en primer lugar, Él proveerá toda la fuerza, sabiduría y recursos que necesitamos para equilibrar el cuidado de los demás, de nosotros mismos y de nuestras responsabilidades.

Orar

Hands folded in prayer, illustrating how some people pray.

Photo by Worshae on Unsplash

“No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7, NVI).

La oración nos permite procesar nuestros pensamientos y sentimientos mientras estamos en la presencia de Dios de manera intencional. Somos libres de no ocultar nada. Dios no se ve limitado por los límites humanos con los que estamos tan familiarizados, por lo que nunca se alejará para recargarse, nunca necesitará un descanso y nunca sentirá que nuestras preocupaciones son “demasiado”.

No solo sabe lo que está sucediendo dentro de nosotros, sino también por qué. Él lo ve todo, por lo que ve lo que nos está afectando, incluyendo todo lo que no vemos.

La oración también puede ayudarnos a reconocer y desafiar los patrones de pensamiento que alimentan nuestro desánimo. Eso es parte importante de lo que significa someter nuestros pensamientos a la obediencia de Cristo (2 Corintios 10:5).

Y podemos orar de la manera que deseemos. Encerrados en un área privada y silenciosa, en voz alta mientras conducimos, en nuestra mente en medio del caos, escribiendo en un diario, cantando, bailando, susurrando, justo al despertar, durante el almuerzo, o mientras tomamos nuestra bebida matutina.

Participar en la oración no siempre significa que nuestros sentimientos o circunstancias cambiarán inmediatamente. A veces, deberemos enfrentar una larga batalla antes de ver algún avance. Pero podemos luchar sabiendo que Dios ya ha ganado la guerra, que nunca nos dejará solos, y que se asegurará de que lleguemos a donde necesitamos ir.

La oración es el lugar donde podemos encontrar nuestra paz.

Adoración

“Puesto que nosotros estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente” (Hebreos 12:28, NVI).

Después de que Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo lo llevó al desierto para fortalecer su fe. Mientras estaba allí, el diablo tentó a Jesús de todas las maneras posibles, y cada vez, Jesús respondió a las mentiras del diablo con la verdad de las Escrituras (Mateo 4:1-11).

Cuando te sientas desanimado y tu mente esté inundada de todo lo que está saliendo mal, puedes recurrir a la adoración como lo hizo Jesús. Él le dijo a Satanás: “‘Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él” (Mateo 4:10, NVI). Después de eso, Satanás lo dejó.

Cuando te sientas desanimado, puedes adorar a Dios de muchas maneras diferentes. Todo se trata de la intención: reconocer su poder, su benevolencia, su sabiduría, etc. Podemos adorarlo leyendo Salmos (el Salmo 99 es genial), cantando, asistiendo a un servicio de la iglesia, haciendo un proyecto de arte, escribiendo un poema, disfrutando de la naturaleza… ya sea que podamos hacer una caminata por un sendero o simplemente admirar dos plantas en una pequeña terraza. La adoración sucede cuando realmente nos detenemos a oler las rosas y apreciamos las pequeñas cosas que Dios sustenta incluso en medio de nuestro mundo corrupto (Romanos 1:20, Salmo 19:1; 95:1-2; 100:1-2).

¡De hecho, puede ser alentador alabar a Dios por quien Él es!

Cultivar la gratitud mientras se busca lo bueno

“Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.” (1 Tesalonicenses 5:18, NVI).

Dar gracias va más allá de contar nuestras bendiciones o pensar positivamente. Y no requiere ignorar lo negativo.

Ser agradecido significa que estás buscando activamente destellos de esperanza en situaciones aparentemente desesperadas. Estás eligiendo agradecer a Dios por lo bueno que puedes ver, y pedirle que revele lo bueno que no puedes ver.

Esto puede ser difícil cuando todo lo que vemos a nuestro alrededor es ira, destrucción, conflicto, tragedia, etc. El diablo es un experto en mostrar lo peor de la humanidad en el escenario principal. Pero el renombrado Fred Rogers de la programación infantil de PBS de antaño nos recuerda lo que podemos buscar y lo que podemos hacer, en una cita que ahora adorna tableros inspiracionales en todas partes.

“Cuando era niño y veía cosas aterradoras en las noticias, mi madre solía decirme: ‘Busca a los ayudantes. Siempre encontrarás personas que están ayudando’. … Hasta el día de hoy, especialmente en tiempos de desastre, recuerdo las palabras de mi madre y siempre me reconforta darme cuenta de que todavía hay tantos ayudantes, tantas personas compasivas en este mundo.”8

(E incluso si no siempre podemos ver a los ayudantes en el momento, podemos saber que Dios constantemente envía personas donde se necesitan.)

Es importante tener en cuenta que el versículo anterior dice que demos gracias en todo, no por todo. No se nos pide que agradezcamos a Dios por todas las cosas terribles que nos suceden a nosotros y a otros. Pero Pablo estaba diciéndole a los cristianos de Tesalónica, que habían pasado por mucho, la importancia de la gratitud cuando estamos reflejando a Cristo en el mundo. Estaba afirmando cómo seguían avanzando a pesar de una “aflicción” significativa (1 Tesalonicenses 3:1-7).

La Biblia dice que Dios utiliza todo para nuestro bien, de modo que nos acerque a Cristo (Romanos 8:28-29). Por lo tanto, no estamos ignorando nuestro dolor, sino que básicamente le estamos diciendo a Dios que confiamos en Él y que no permitiremos que esa circunstancia arruine nuestras vidas.

Acércate a alguien en quien confíes

A veces necesitamos desesperadamente escuchar a alguien más decir que todo va a estar bien. El desánimo puede crecer como moho si estamos aislados. Hablar con personas en las que confiamos puede ayudarnos a obtener nuevas perspectivas.

Una persona de confianza puede ser un miembro de la familia, amigo, pastor, mentor, médico o consejero. Y aunque pueda sentirse incómodo pedir ayuda, hacerlo es una forma poderosa de crecer y sanar. Requiere valentía.

Podemos recordar que Jesús empatiza con nosotros y sabe por experiencia personal cómo navegar a través de la densa niebla del desánimo. Sin embargo, es posible tener alegría, fuerza y paz a pesar de todo lo demás. Y siempre podemos recurrir a la palabra de Dios cuando necesitamos recordar sus promesas.

Para el próximo paso,

  1. NKJV Biblia de estudio Andrews, comentario sobre Salmos 34, p. 696 []
  2. Spurgeon, Charles. https://www.blueletterbible.org/Comm/mhc/Psa/Psa_027.cfm?a=505001 []
  3. Diccionario Noah Webster’s 1828, “Reconciliar.” []
  4. Nichol, F.D., “Mateo.” Comentario bíblico Adventista del Séptimo Día, vol. 5, https://archive.org/details/SdaBibleCommentary1980/SdaBc-5%20%2840%29%20Matthew/page/n138/mode/1up []
  5. NKJV Andrews Study Bible, comments on Matthew 11:29. []
  6. Nichol, “Romanos.” Comentario bíblico Adventista del Séptimo Día, vol. 6, https://archive.org/details/SdaBibleCommentary1980/SdaBc-6%20%2845%29%20Romans/page/n127/mode/1up []
  7. White, Elena G. Los hechos de los apóstoles, p. 441 []
  8. Fred Rogers Interview, Part 7 of 9,” Foundation Interviews, 6:51 []

¿Tienes preguntas sobre los adventistas del séptimo día? ¡Haz tu pregunta aquí!

Encuentra respuestas a tus dudas sobre los adventistas

More Answers

Es normal que los cristianos experimenten dudas

¿Es normal que los cristianos experimenten dudas?Sí, es completamente normal que los cristianos experimenten períodos de duda en su vida espiritual. Todos han dudado en un momento u otro, incluso pastores, teólogos y figuras importantes en la Biblia. No se siente bien...